... y hoy, como costumbre de domingo la ciudad juguetea sola...
Yo cocino para mí, canto para mí, rezo por mí y escribo letras en la frontera del café,
alguna otra opción habra que renacer mañana,
un nuevo sitio o un nuevo tedio,
una sonrisa en la vereda del frente,
o simplemente el eco del tiempo que desdibuja los amaneceres argentinos.
Esta noche, como costumbre de domingo en la noche,
me asedia ese nombre, el beso querido,
la mano en mi espalda,
la risa en mi desayuno, la lágrima,
la desventura de las letras...
Los poemas de Cortázar que acongojan a los gatos
y la pregunta básica sobre el amor desenfrenado,
hacen de esta llovizna la fecundidad del sueño,
mientras el mal rato en el teléfono
ahoga el sentido común
el amor común, el deseo común...
Pero hoy, como suele pasar los domingos,
a las 21:23 transformo el deseo...
ya vendrá mañana a traerme otro tiempo,
otra canción, otro beso querido,
otra frontera en el café...
15 de Agosto, 2011 - Stgo. de Chile
Hace 13 años.
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