Él se hallaba inmerso en un poema sin nombre,
en un lenguaje sin laberintos.
Él estaba profundamente despierto en las letras que caían con la lluvia;
se hallaba levemente perfumado de soles de noviembre,
de primaveras de un país austral...
Él convertía los días en paraísos y árboles danzantes,
en souvenires de montañas y chispas de sonrisas...
Él queria un aventón,
en la carretera que conducía al futuro,
él esperaba la brisa del verano
y quemaba su piel con el calor de unos libros.
El se sumergía en constelaciones,
en nombres de guerreros,
en mixturas literarias...
A él le gustaba reir mientras caía la tarde,
mientras los espectros decidían ir a dormir..
él curaba la tristeza con una sílaba
y limpiaba la ciudad con sus pasos...
Él es yo algunos días!!
15 de Agosto, 2011 - Stgo. de Chile
Hace 13 años.
1 comentario:
Las llamaradas que despiden los vagabundos con sus silenciosas cavilaciones mantienen rotando un mundo ¡¡
Qué bueno ver que has desempolvado los bits de tu bitácora ¡¡
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